Todo pasa por el sentir

Todo pasa por el sentir No busques experiencias místicas sólo para agradar a otros, búscalas sólo para ti. No busques experiencias fantásticas, no necesitas demostrarle al mundo lo que te ha sucedido. Sólo necesitas vivirlas y atesorarlas en tu interior... Este mundo de otras dimensiones, lleno de sensaciones y experiencias es para disfrutarlo y sentirse bendecido por ello. Lo peor que puedes hacer es que luego de estas conexiones todavía quede en ti la duda, de que este mundo de sensaciones existe. Busca sí, verdaderas experiencias, y pide ser capaz de sentir cuando así lo sean, ya que la prueba podría estar en ser capaz de distinguirlas. El poder de lo imaginario y de la visualización se podría decir que todos lo tenemos, pero muchas veces éste se vuelve en nuestra contra, ya que nuestra mente se encarga, junto con nuestro ego, de hacernos creer que la experiencia fue verdadera. Y no es más que un engaño. ¡Cuidado!, no permitas a tu mente que se alimente de experiencias falsas, y lo que sería peor, no te las creas. El ego espiritual es el peor y sería difícil que éste te acompañe, si de corazón tienes la necesidad de una conexión Real con la luz más pura del Universo. Lo importante es que seas capaz de ver a tus sentimientos y puedas sincerarte con ellos, puedas conocerlos y saber si te pertenecen o no. Quiero decir con esto, saber si son puros o no. Si no lo son, tienes trabajo. Y de ese trabajo depende tu crecimiento, primero arreglar lo que tenemos que arreglar y luego lo demás vendrá solo. Pero pregúntate, ¿cómo está tu corazón?. ¿Cuánto amor incondicional hay en él?. No te servirá de nada si te engañas con la respuesta. Lo importante no será que respondas a cuantas personas amas, sino de qué manera los amas, qué eres capaz de hacer por ellos. Lo real, lo concreto, no palabras que puedan sentirse muy bonitas pero que carezcan de vida, pues no son reales, porque no son reales para ti, no eres sincero con tus sentimientos. No alcanza en este mundo sólo con el don de ser madre para verdaderamente amar a un hijo. No alcanza en este mundo sólo con el don de ser padre para verdaderamente amar a un hijo. Hay otros lazos y otros compromisos que todos deberíamos cuestionarnos y eso te ayudaría a conocerte realmente. Pregúntate ahora cuánto amor hay en tu interior. Cuando sientes verdaderamente de corazón, cuando te conectas con tu interior, cuando tu intención es pura y verdadera, vibrando con el amor del gran Universo, tu conexión es real y sientes una fuerza dentro de ti capaz de todo. Por un momento eres uno con Dios. Te darás cuenta de lo maravilloso de estar presente en ese instante, sumergiéndote en la sensación de dicha que eso te produce, sintiendo el verdadero amor incondicional. Distinguir a través del sentir es, quizás, una de las lecciones más importante en la vida. ­