YO SOY Uno en la Unidad.


YO SOY Uno en la Unidad
En el corazón de Dios
Dios YO SOY
Porque YO SOY Dios
Porque todo lo que Dios creo lo creo de su propia sustancia
Por lo tanto todo es Dios
YO SOY parte de ese todo
YO SOY Dios
YO SOY Uno
YO SOY la unidad
YO SOY la esfera de la unidad que abarca el cosmos
Renuncio a toda imagen de un Dios externo
Renuncio a toda imagen de un Dios en el Cielo
Renuncio a toda imagen de un Dios en un mensajero
y solo acepto la única verdad de que Dios está en mi

porque YO SOY Dios en su mas pura manifestación.

Yo estoy aquí y he venido a manifestar la plenitud

de mi amor y mi Luz a la tierra.
YO SOY el Jesús el Cristo, YO SOY el Cristo Jesús

en cada uno de vosotros, ya no me veáis afuera porqu

e yo siempre he estado adentro.
Rechazad vuestra mente carnal
que es la que os quiere hacer creer en los maestros externos

y en el Dios externo.
Yo he venido pero realmente siempre estuve aquí

porque soy uno en cada corazón que vibra
y en cada corazón que se abre.
Soy uno en el corazón del cosmos
Soy uno en vuestro propio corazón



SOMOS UNO

SOMOS UNO

miércoles, 12 de mayo de 2010

No descuides tu jardín

No descuides tu jardín El discípulo se dirigió a casa de su maestro zen, que tenía uno de los jardines más hermosos que había visto jamás. Una vez allí, le contó a su maestro que tenía problemas con sus hijos y que quería respetar la naturaleza de cada uno de ellos para que hicieran lo que les pareciera y de ésta forma así poder mantener la relación Quería evitar que se sintieran frustrados en el futuro. El maestro zen escuchó al discípulo y no dijo nada. Entonces, el discípulo le preguntó qué opinaba sobre el asunto y el maestro le respondió: - ¿Hace mucho que no visitas mi jardín? - Sí -respondió el discípulo, no sabiendo por qué se lo preguntaba. Entonces el maestro lo invitó a ver su jardín. Pero en lugar de ver espléndidas rosas, vio que el jardín se había transformado en una maraña de malezas. - ¿Pero qué ha sucedido aquí? -preguntó el discípulo asombrado. - Pues un día me cansé de cuidar mis rosas y dejé que las plantas crecieran como querían. Los yuyos y las malezas habían ahogado las rosas, que primero crecieron en forma desordenada y luego murieron. Ésta es la ley natural. En ese momento, el alumno comprendió aquello que su maestro le quería decir

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