YO SOY Uno en la Unidad.


YO SOY Uno en la Unidad
En el corazón de Dios
Dios YO SOY
Porque YO SOY Dios
Porque todo lo que Dios creo lo creo de su propia sustancia
Por lo tanto todo es Dios
YO SOY parte de ese todo
YO SOY Dios
YO SOY Uno
YO SOY la unidad
YO SOY la esfera de la unidad que abarca el cosmos
Renuncio a toda imagen de un Dios externo
Renuncio a toda imagen de un Dios en el Cielo
Renuncio a toda imagen de un Dios en un mensajero
y solo acepto la única verdad de que Dios está en mi

porque YO SOY Dios en su mas pura manifestación.

Yo estoy aquí y he venido a manifestar la plenitud

de mi amor y mi Luz a la tierra.
YO SOY el Jesús el Cristo, YO SOY el Cristo Jesús

en cada uno de vosotros, ya no me veáis afuera porqu

e yo siempre he estado adentro.
Rechazad vuestra mente carnal
que es la que os quiere hacer creer en los maestros externos

y en el Dios externo.
Yo he venido pero realmente siempre estuve aquí

porque soy uno en cada corazón que vibra
y en cada corazón que se abre.
Soy uno en el corazón del cosmos
Soy uno en vuestro propio corazón



SOMOS UNO

SOMOS UNO

miércoles, 19 de mayo de 2010

LA COLUMNA VERTEBRAL Y LA ASCENCIÓN

LA COLUMNA VERTEBRAL Y LA ASCENCIÓN (Artículos de ALINEAMIENTO VERTEBRAL TIBETANO- AVT) Desde los tiempos más remotos hemos escuchado y leído sobre los 33 escalones para la Ascensión, los 33 grados de las escuelas esotéricas y las logias masónicas. Hoy en día sabemos que esto tiene una amplia relación con la columna vertebral. Cada vértebra, como ya hemos dicho anteriormente, tiene que ver con una parte del cuerpo (piel, músculos, órganos, etc), ya que el sistema nervioso que sale de la médula inerva dichas zonas. La columna, como eje central del cuerpo y pilar de la filogénesis, sufre los embates de la vida, justamente por ser el sostén medular, no sólo de nuestro cuerpo físico, sino también de nuestros cuerpos energéticos (teniendo como canal sutil central a Shushumna) y de nuestro universo… el propio mundo “gira”, literal y metafóricamente, alrededor de ese eje. Al hablar de nuestro “propio” universo o mundo, me refiero a nuestra creación e interpretació n del mismo. Ya es notorio y sabido que somos los creadores de nuestras realidades. Como todos los mundos y todas las realidades, siempre hay un eje central (observen y verán que todo lo tiene). Cuando nos hablan de subir cada peldaño en el camino espiritual, de la misma manera que Jacob tuvo que ascender por esa escalera de 33 escalones hacia el Cielo, estamos también sugiriendo la idea de sanar cada vértebra (y por ende cada zona relacionada) , y de esta manera trabajar la contraparte conflictiva que distorsionó la salud en ese sector, entrar a los temas espirituales conectados, aprender a “movernos” con respecto a los mismos desde lo físico a lo espiritual. Muchos dirán que no tienen problemas en su columna ni orgánicos y que gozan de una salud excelente… pero… ¿realmente todas las áreas de vida relacionadas con cada vértebra están sanas? ¿Conocen las relaciones espirituales de cada una como para realmente estar listos para la Ascensión? ¿Tan sanos están desde lo físico a lo sutil que ya son seres consumados e íntegros? Esas son preguntas que cada uno debe hacerse interiormente… sin hacerse trampas al solitario!!! Si la respuesta fuera un “si”, entonces me surge otra pregunta: ¿qué están haciendo aún en este planeta en vez de haber ascendido? Me pueden decir que “es para ayudar en estos momentos planetarios tan importantes”… Mi respuesta podría ser algo así como: obtener la salud plena, desde lo físico a lo espiritual en cada área de nuestra vida, el total conocimiento y dominio de las mismas en cada plano, …es todo un Arte, …quien maneja con destreza un Arte es un Maestro y… los Maestros Ascendidos no están en este mundo físico!!! Todos los que estamos en este momento planetario tenemos mucho por transformar, mucho por aprender y también mucho para dar, unos más, otros menos, pero todos tenemos nuestro aporte. Cuanto más evolucionamos, más colaboramos con el bienestar del planeta. Para cambiar el mundo DEBEMOS empezar a cambiar nosotros mismos (la caridad, que no es más que el Amor, empieza por casa): yo cambio, puedo dar más y mejor de mí, la gente que me rodea lo recibe, se “contagia” y así vamos contagiando los dones del ser. Preparándonos para cuando llegue el “momento pívot” que todos estamos esperando y que está realmente cerca… no estamos como para echarnos a descansar en los pocos laureles que hayamos sabido conseguir. Patricia Laura Sobrado Naturópata - Master en Yoga

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