Simplemente Meditar – por Mer Vivar
Para la mayoría de las personas meditar equivale a sentarte a pensar. Cuando los invito a una meditación, me responden que ya piensan demasiado todo el día como para seguir pensando en mis clases.
Meditar es justamente lo contrario: No pensar.
Cuando meditamos vaciamos la mente de todo pensamiento y solo cuando lo intentamos nos damos cuenta de lo difícil que puede llegar a ser parar a ese narrador incesante que es nuestro ego disfrazado de intelecto.
La mente-ego mantiene el control sobre nosotros así: relatándonos historias en donde siempre nosotros somos los protagonistas y es increíble lo fuerte que puede llegar a dominarnos.
Meditar es callar a este relator y para poder escuchar al alma, al SER… y el ego no soporta pasar a segundo plano y se valdrá de mil tretas para impedir que escuches al SER… Te recordará que la nevera está vacía y debes ir al supermercados, te sugerirá que sería mejor ir al gimnasio a tonificar el cuerpo ya que estás medio “blandita”… Te recordará que es tiempo de ir a la peluquería, intentará convencerte de que es una perdida de tiempo esto de meditar y que mejor sería darte un masaje con deliciosos aceites aromáticos… en fin, el ego siempre buscará modos de sacarte de ese estado para seguir comandando él…
Aunque no lo creas esto de la meditación es solo para valientes ya que al principio puede resultar una tortura esos 20 minutos de silencio con aroma a incienso… pero con el tiempo, mucho amor propio, toneladas de disciplina y unas cuantas onzas de paciencia será la entrada al cielo. A nuestro propio cielo.
En ese Cielo nos encontraremos a nosotros mismos… descubriremos quienes somos ya que el ego se empeña en hacernos creer que somos “profesionales”, “inteligentes”, “simpáticos”, “populares o famosos”, “guapos o bellas”… y la verdad no somos nada de eso… somos simplemente un SER en constante evolución que asume el rol de guapo o bella, inteligente o famosos, pero esas son solo etapas de nuestro aprendizaje y el apegarnos esas etapa es lo que nos trae el sufrimiento.
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