YO SOY Uno en la Unidad.


YO SOY Uno en la Unidad
En el corazón de Dios
Dios YO SOY
Porque YO SOY Dios
Porque todo lo que Dios creo lo creo de su propia sustancia
Por lo tanto todo es Dios
YO SOY parte de ese todo
YO SOY Dios
YO SOY Uno
YO SOY la unidad
YO SOY la esfera de la unidad que abarca el cosmos
Renuncio a toda imagen de un Dios externo
Renuncio a toda imagen de un Dios en el Cielo
Renuncio a toda imagen de un Dios en un mensajero
y solo acepto la única verdad de que Dios está en mi

porque YO SOY Dios en su mas pura manifestación.

Yo estoy aquí y he venido a manifestar la plenitud

de mi amor y mi Luz a la tierra.
YO SOY el Jesús el Cristo, YO SOY el Cristo Jesús

en cada uno de vosotros, ya no me veáis afuera porqu

e yo siempre he estado adentro.
Rechazad vuestra mente carnal
que es la que os quiere hacer creer en los maestros externos

y en el Dios externo.
Yo he venido pero realmente siempre estuve aquí

porque soy uno en cada corazón que vibra
y en cada corazón que se abre.
Soy uno en el corazón del cosmos
Soy uno en vuestro propio corazón



SOMOS UNO

SOMOS UNO

lunes, 30 de junio de 2014

¿Tu energía alimenta la paz o la guerra?


Estaba mirando un documental sobre la segunda guerra mundial y observaba, sorprendida, la magnitud de recursos involucrados, entre ellos lo que significaba alimentar, vestir, armar y movilizar millones de soldados a distintos países.  Recordé un planteo de Richard Moss: “¿Es la guerra realmente un mal totalmente atávico, destructivo, negativo y malvado?  Mi respuesta es no.  La guerra ha sido siempre destructiva, pero, dado el nivel de realización del cual la humanidad ha sido auténticamente capaz, la guerra puede muy bien ser considerada nuestra más vieja religión.  A través de nuestra historia, ninguna otra institución, ningún otro proceso social o religioso ha congregado los niveles de vitalidad para tan grandes números como los que ha generado la guerra.  Paradójicamente, representa la civilización humana simultáneamente en su nadir y su cenit. 
¿Está la humanidad ahora lista para moverse más allá de la guerra?  ¿Tenemos ahora una nueva religión que tiene una mayor capacidad para unificar la humanidad y elevarnos a un potencial energético más alto que la guerra?  La respuesta, yo creo, reside en si podemos generar tan gran energía transformativa cuando abrazamos la vida como la que engendramos cuando la conquistamos.

Para crecer más allá de la guerra, necesitamos tomar lo mejor de ella (la disciplina, el compromiso desinteresado, la profunda cooperación y camaradería, las metas claras) y aun mantener el sentido de maravilla, misterio y desconocimiento que una y otra vez alinea la conciencia con algo más allá de lo que podemos concebir.

La salud y belleza del movimiento más allá de la guerra es que coloca a cada participante serio en profundo proceso de indagar dentro de su propia naturaleza. Este propio aspecto de ser entrampado en la participación de una causa noble (la parte de la conciencia que es motivada por la contienda más que por el amor) lleva inevitablemente a un encuentro con uno mismo.  Este encuentro es una herida; oremos porque sea una herida profunda, un profundo sentimiento interno que no podemos ignorar fácilmente.  Oremos que sea una herida de comprensión que nos desnude hasta las más profundas raíces de la conciencia, de la cual reconozcamos nuestra consagración a la vida.  Que este preñada de conflicto y diferencia de opinión que nos lleven a la humildad, no a la arrogante rectitud.  Oremos para que más y más de nosotros seamos llevados a la más profunda Noche Oscura dentro de nosotros mismos, donde moriríamos antes que negar que la paz de Dios llega cuando somos hechos totalmente cero y no porque hemos realizado un buen trabajo por una causa noble.



Para moverse más allá de la guerra, cada persona debe tener, no sólo la atractiva visión de la paz, sino también la herida de la guerra simultáneamente dentro de sí misma.  Es como salir y entrar al mismo tiempo, como caminar hacia la paz y la aflicción al mismo tiempo.  La libre indagación transformacional descansa sobre la comprensión radical de la Completitud, no sobre ideales que son en sí mismos la contraparte de lo que se siente equivocado, indeseable o malsano.  De esta forma, estamos libres para abrazar todo de nosotros mismos, cada momento de nuestra experiencia y permitir que sea un trampolín hacia nuestras profundidades. 

Es el ver Lo Que Es completamente lo que entrega la comprensión nueva e integrativa.  Por lo tanto, no debemos juzgarnos a nosotros mismos ni juzgar nuestra experiencia.  Debemos asumir que nuestra experiencia es la propia verdad de nosotros mismos y nuestro despertar comienza con esta presunción.  Estos es lo que significa estar ya completo.  Si verdaderamente esperamos espiritualizar nuestros cuerpos o nuestras relaciones, no lo lograremos pidiéndonos ser de una cierta forma ideal, sino invitando a Dios en cada momento y de esa forma dejando ir la presunción restrictiva dentro de la celebración de una nueva posibilidad.”


 ABRAZAR LA VIDA.

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