CRISTALLOTERAPIA

CRISTALLOTERAPIA

Esta técnica hace uso de piedras preciosas o semi-preciosas que se situadas en determinadas partes del cuerpo parece pueden eliminar la falta de armonía de nuestro organismo El empleo de piedras preciosas para sanar se remonta a millones de años. En la antigua India, por ejemplo, a los reyes se les sugería acumular piedras preciosas para protegerse. En Egipto, las pirámides tenían sus vértices cubiertos de cristal para hacer confluir sobre ellas las fuerzas celestes. Prácticas de muchas civilizaciones antiguas consideraban indispensable el uso de piedras y amuletos. La cristaloterapia no puede ser considerada una ciencia médica aunque es considerada una técnica energética que, aprovechando la carga de energía positiva que se atribuye a los cristales y a las gemas, restituye el equilibrio y favorece en el individuo el restablecimiento natural. De hecho, las piedras preciosas han de considerarse, debido a su estructura atómica, uno de los elementos más perfectos del mundo. Poseen una luz purísima que son capaces de transmitir al hombre, el cual a su vez puede absorverla. Esta energía realiza su cometido ya sea a nivel físico o a nivel mental y sobre todo elimina las desarmonías que crean en nosotros el malestar. La cristalización forma parte de un proceso altamente depurado por el cual un simple trozo de roca sufre una transformación tal, que llega a convertirse en un fabuloso Cristal de maravillosos colores y formas geométricas con la sorprendente capacidad de reflejar la LUZ. Los Cristales son la máxima expresión del Reino Mineral. Se encuentran en un Estado Evolutivo perfecto dentro de su reino: su LUMlNOSIDAD es prueba de su evolución. En un Cristal, todas sus moléculas vibran a una misma frecuencia y estas se encuentran vibrando en perfecta armonía con el Pulso del Universo. Y es a través de su perfección molecular, que nos inspiran a desarrollar en nosotros, esa propiedad que ellos mismos poseen: reflejar la luz sin transformarla. UTILIZADOS POR TODOS LOS PUEBLOS A lo largo de la vida en este Planeta, han sido muchas las civilizaciones que han utilizado los Cristales: los aborígenes australianos creían que aumentaban los poderes de los hechiceros, los taoistas tomaban polvo de jade para obtener la inmortalidad, los egipcios, los babilonios, los asirios, los indios norteamericanos entre otros muchos pueblos, atribuían poderes a sus amuletos de cristal como la obsidiana y la diorita. Siempre han sido símbolo de Poder, Luz, Armonía, Belleza y Sabiduría y con el transcurrir del tiempo, estas piedras, llenas de Luz y Color, se convirtieron en herramientas de Sanación muy valoradas por los antiguos pobladores de la Tierra. Fueron los habitantes de Lemuria y la Atlántida, los que más experiencia y conocimientos aportaron a la humanidad, en relación a la utilización de los Cristales, tanto en la Sanación como en Tecnología. Es ahora, en los comienzos de la Era de Acuario, cuando estas técnicas de Sanación, están empezando a ser rescatadas de otros tiempos, pero con un sentido más amplio y equilibrado, donde ya no vemos a los Cristales como algo superior a los Seres Humanos, sino como reflejo directo del verdadero poder de la Luz en la Materia y como tales, se empiezan a utilizar como PUENTES hacia el contacto con nuestra Sabiduría Interior y el Desarrollo de nuestra Conciencia. La CRISTALOTERAPIA forma parte de las Terapias Vibracionales más específicas y eficaces para conseguir equilibrar el flujo de nuestras Energías y la CONEXIÓN con nuestro Subconsciente. Cuando aplicarnos Cristales y Gemas a nuestro cuerno o bien tomamos las Esencias preparadas con ellos, estamos incidiendo sobre nuestro campo Electro-Magnético, es decir, sobre nuestra Aura, imprimiendo en ella Energías Luminosas de una vibración muy elevada que eventualmente se van integrando en nuestros diferentes cuerpos a través de los Chakras y de los Canales Sutiles de Energía gracias a la Respiración Consciente. El objetivo fundamental de una Terapia con Cristales es DESPEJAR, EQUILIBRAR Y ARMONIZAR el Aura y sus diferentes Cuerpos. ¿POR QUÉ CURAN? Los cristales están rodeados de un campo energético similar al que envuelve a todos los seres vivos, comprobable gracias al método fotográfico descubierto por la rusa Valentina Kirlian. La teoría que respalda el uso de los cristales como método curativo se basa en la perfecta estructura que éstos tienen, reflejada en su campo energético y que al contacto con otro campo energético deficiente tiende a transformarlo y a equilibrarlo. Debido a ello cuando los Cristales los acercamos a nuestro Campo Electro-Magnético, sus formas geométricas y sus colores actúan como verdaderos CATALIZADORES de las Energías Sutiles, permitiendo que se integre en el Aura, una mayor cantidad de Luz y de Color. CAMBIAN LA ENERGÍA A finales del siglo XX los científicos han podido ver más allá de la superficie de un cristal. Hasta ese momento, los minerales y los cristales se habían clasificado según sus características externas y la composición química. El avance de la teoría atómica ha echado luz sobre el mundo interior de los cristales, regido por un asombroso orden geométrico, como si obedecieran a la acción de un tipo de conciencia creadora inmanente a la Naturaleza. En la formación del cristal los átomos superan la ley de la gravedad para formar unas estructuras ordenadas. Esta estructura atómica determina qué pueden hacer las diferentes clases de cristales, y hacen cosas sorprendentes. Los indios americanos golpeaban con mazos los cristales para que emitieran destellos de luz. Actualmente sabemos que si se calienta un cristal emite una explosión de electricidad, y si se le aplica electricidad vibra; esto explica el funcionamiento de los relojes de cuarzo: una pila eléctrica en contacto con un diminuto cristal de cuarzo le hace vibrar y estas vibraciones son recogidas por las manecillas del reloj. Por lo tanto, la energía que entra en un cristal es diferente de la energía que sale. NECESIDAD DE ASEO Los terapeutas insisten en la necesidad de limpiar frecuentemente los cristales con agua y sal pues tienen facilidad para quedarse impregnados de las vibraciones de los pacientes y de todas las personas que los tocan e incluso de los lugares en los que han permanecido un tiempo. Hay quién asegura que los cristales también necesitan recargar sus fuerzas por lo que es conveniente exponerlos a la luz del sol o de la luna, dependiendo de sus características.