YO SOY Uno en la Unidad.


YO SOY Uno en la Unidad
En el corazón de Dios
Dios YO SOY
Porque YO SOY Dios
Porque todo lo que Dios creo lo creo de su propia sustancia
Por lo tanto todo es Dios
YO SOY parte de ese todo
YO SOY Dios
YO SOY Uno
YO SOY la unidad
YO SOY la esfera de la unidad que abarca el cosmos
Renuncio a toda imagen de un Dios externo
Renuncio a toda imagen de un Dios en el Cielo
Renuncio a toda imagen de un Dios en un mensajero
y solo acepto la única verdad de que Dios está en mi

porque YO SOY Dios en su mas pura manifestación.

Yo estoy aquí y he venido a manifestar la plenitud

de mi amor y mi Luz a la tierra.
YO SOY el Jesús el Cristo, YO SOY el Cristo Jesús

en cada uno de vosotros, ya no me veáis afuera porqu

e yo siempre he estado adentro.
Rechazad vuestra mente carnal
que es la que os quiere hacer creer en los maestros externos

y en el Dios externo.
Yo he venido pero realmente siempre estuve aquí

porque soy uno en cada corazón que vibra
y en cada corazón que se abre.
Soy uno en el corazón del cosmos
Soy uno en vuestro propio corazón



SOMOS UNO

SOMOS UNO

jueves, 26 de diciembre de 2013

Respirando paz

Respirando paz



Entrado en la complejidad del día a día, donde la carrera del consumo nos manda a producir, nos olvidamos de la esencia de la vida, de la naturaleza de las cosas, del placer de vivir.

De la simpleza de una siesta bajo un árbol, de escuchar el sonido de una cascada, de observar a los pájaros bañarse en un charco de agua.

Perdemos noción del tiempo buscando satisfacción en cosas materiales, en placeres temporales que nunca nos dan satisfacción duradera.

Y el cuerpo, que es nuestro vehículo y también el escenario donde en universo se manifiesta, nos dice "frena", y nos obliga al reposo, donde terminamos durmiendo una siesta, o deseando poder escuchar el sonido de una cascada.

Nos obligamos a nosotros mismos a ser como los medios nos dicen que debemos ser, y en esa carrera la única meta es perdiendo. Abandonando esa competencia infame de intentar ser y poseer cuestiones que solo nos alejan de quienes somos.

Perdemos noción del tiempo y pasan los años, cada vez más rápido, sin detenernos a observar como crece una flor, como nace la vida en un universo que está en constante evolución.

¿Cuántas veces nos detenemos a observar pájaros?

¿Cuántas veces nos damos la oportunidad de contemplar un amanecer, un atardecer o mirar las estrellas?

La naturaleza es sanadora por naturaleza, su esencia es vida, y en la vida no existen la muerte, ni la carencia.

Somos abundantes por ser parte de un universo abundante.

No nos dejemos convencer por el discurso que pretende convertirnos en presas del consumismo, en autómatas que solo piensan en trabajar y comprar. No estamos aquí para eso, no es la función que tenemos como hijos de Dios.

Debemos ser responsables en nuestras actividades y darnos el tiempo que nuestro cuerpo necesita para descansar, el tiempo que nuestro espíritu necesita para evolucionar, el tiempo que nuestra alma necesita para desplegar nuestro ser al servicio de la humanidad, para ser lo que somos como parte de la creación, como parte de la evolución.

Y aclaro que no es este un discurso desde una determinada altura o elevación, lo plasmo desde el reposo obligado que me impuso mi cuerpo por no haberlo escuchado a tiempo y darle el descanso que merecía, que necesitaba.

Lo escribo desde un reposo, que fue obligado y es maravilloso, donde me he vuelto a encontrar con la naturaleza, contemplando su belleza, recibiendo su Sanación.

Lo digo desde lo que siento, y me siento contento por lo que estoy viviendo, porque me puso en el camino, recordándome que el tiempo no está hecho para atravesarlo, sino para disfrutarlo compartiendo con amigos el placer de caminar.

Me ha costado volver, me había resistido con todo mi ego que no me daba la posibilidad de distenderme, de tomarme unos días para escuchar a mi cuerpo y dorarlo al sol.

Parece que entendí. Parece que acepte que debo darle el espacio y el descanso que mi cuerpo necesita, y que de nada sirve correr, cuando no sabemos a dónde debemos llegar. Es mejor caminar, disfrutando del camino, y con otros peregrinos encontrarnos en paz.

Me quedare mirando el cielo, viendo pájaros en vuelo, y a los árboles bailar.

Me quedare hasta que el sol se duerma, acunado en la tierra, y respirando paz.


Ale Flores

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