YO SOY Uno en la Unidad.


YO SOY Uno en la Unidad
En el corazón de Dios
Dios YO SOY
Porque YO SOY Dios
Porque todo lo que Dios creo lo creo de su propia sustancia
Por lo tanto todo es Dios
YO SOY parte de ese todo
YO SOY Dios
YO SOY Uno
YO SOY la unidad
YO SOY la esfera de la unidad que abarca el cosmos
Renuncio a toda imagen de un Dios externo
Renuncio a toda imagen de un Dios en el Cielo
Renuncio a toda imagen de un Dios en un mensajero
y solo acepto la única verdad de que Dios está en mi

porque YO SOY Dios en su mas pura manifestación.

Yo estoy aquí y he venido a manifestar la plenitud

de mi amor y mi Luz a la tierra.
YO SOY el Jesús el Cristo, YO SOY el Cristo Jesús

en cada uno de vosotros, ya no me veáis afuera porqu

e yo siempre he estado adentro.
Rechazad vuestra mente carnal
que es la que os quiere hacer creer en los maestros externos

y en el Dios externo.
Yo he venido pero realmente siempre estuve aquí

porque soy uno en cada corazón que vibra
y en cada corazón que se abre.
Soy uno en el corazón del cosmos
Soy uno en vuestro propio corazón



SOMOS UNO

SOMOS UNO

lunes, 18 de febrero de 2013

AMAR ES SER


AMAR ES SER

Otorgar amor es la naturaleza del ser, al igual que la llama ofrece su calor de forma espontánea, siguiendo el movimiento de su inteligencia original, de su razón y cualidad de ser.

Estrellas de luz y vida son los movimientos del amor, la fuerza de lo verdadero, el poder de lo real.

El alma deslumbra por su claridad profunda cuanto más profunda es la noche, cuanto más nos adentramos en el misterio de nosotros mismos.

Las puertas se abren, los canales se conectan, las dimensiones se expanden, en la inmensidad de lo viviente, en lo absoluto, en el amor universal que se eleva por infinitudes de amadas fragancias y esencias propias.

El mundo es la esencia de uno, el rostro prójimo es el propio rostro, el sendero nunca transitado es el regreso a casa, la nube oscura anuncia un desvelamiento del sol, tras la soledad.

Una lágrima conduce al latido sentido, un abrazo al sosiego y a la liberación, a la paz y a la hermandad universal.

Somos uno en la oscuridad de la noche y en la claridad del día, en el compás y en los ritmos de la vida siempre late de fondo, en quietud, el ser imperturbable, la verdad sentida y presentida, la intuición y la emoción del amor más allá de los estados cambiantes, en el trasfondo sutil que desvela lo absoluto en su silencio amante, en un romance eterno con los polos del Uno, con el Tao, con el juego cósmico de idénticos contrarios, de complementos espejos, de reflejos enamorados, de colores formando paisajes, formas matizando siluetas de océano, miradas angélicas, nubes con formas de dragones o de dioses ancestrales.

El mundo juega en el país de los sentidos, nos toca con el aire, nos acaricia con la brisa, nos seduce con la fragancia de lo vivo y nos canta con la armonía silenciosa de los grillos y las estrellas crepitantes.

El mundo de la manifestación es el poema del Creador, la sinfonía del Alma eterna, soñando y despertando, creando y creyendo, amando y esperando, gozando y guardando silencio, sagrada soledad, viviendo y muriendo para nacer. Sólo así, lo eterno se hace el verdadero tiempo que habitamos: sin mañana, sin ayer.

Un único instante, siempre ha sido todo un único instante, de infinitos matices en una sola conciencia, eterna y sin nombre, única e impersonal, propia, íntima, y de nadie, tan de nadie como el aire, que es respiración, que es aliento intocable, pero aliento constante, susurrante de amor, de presencia, de incesante quietud entregada al instante.

Amar es entregar, entregar amor, entregar lo que uno es, al ser. Amar es ser. Ser es amar.

por José Manuel Martínez Sánchez
www.lasletrasdelaire.blogspot.com

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