YO SOY Uno en la Unidad.


YO SOY Uno en la Unidad
En el corazón de Dios
Dios YO SOY
Porque YO SOY Dios
Porque todo lo que Dios creo lo creo de su propia sustancia
Por lo tanto todo es Dios
YO SOY parte de ese todo
YO SOY Dios
YO SOY Uno
YO SOY la unidad
YO SOY la esfera de la unidad que abarca el cosmos
Renuncio a toda imagen de un Dios externo
Renuncio a toda imagen de un Dios en el Cielo
Renuncio a toda imagen de un Dios en un mensajero
y solo acepto la única verdad de que Dios está en mi

porque YO SOY Dios en su mas pura manifestación.

Yo estoy aquí y he venido a manifestar la plenitud

de mi amor y mi Luz a la tierra.
YO SOY el Jesús el Cristo, YO SOY el Cristo Jesús

en cada uno de vosotros, ya no me veáis afuera porqu

e yo siempre he estado adentro.
Rechazad vuestra mente carnal
que es la que os quiere hacer creer en los maestros externos

y en el Dios externo.
Yo he venido pero realmente siempre estuve aquí

porque soy uno en cada corazón que vibra
y en cada corazón que se abre.
Soy uno en el corazón del cosmos
Soy uno en vuestro propio corazón



SOMOS UNO

SOMOS UNO

jueves, 2 de septiembre de 2010

Estas en el lugar perfecto que te corresponde

Por Hortensia Galvis Ahí donde estás es tu lugar perfecto, es el sitio que has generado por correspondencia con tus pensamientos, sentimientos, palabras y acciones. Dios no tiene la culpa si tu vida es miserable, si estás enfermo, sufres, o careces hasta del mínimo para alimentar la vida. Tampoco te sirve de nada lamentarte, luchar para cambiar las cosas, o rezar de rodillas tus consabidas letanías del "Ayudame, dame, dame". ¡Dios no te escucha! No lo hace porque ya te ha dado el regalo más grande que un padre pueda otorgar a su hijo: tienes a tu disposición sus ilimitados bienes, con una chequera en blanco. Pero tú aún no has aprendido cuales son las condiciones para poder girar a tu favor. La realidad que vives en este momento, con cada uno de sus detalles, es tu propia creación, y si no haces algo por cambiar tus actitudes, la inercia se encargará de que las cosas sigan igual, o quizás peor. Debes comenzar reconociendo cuáles son los pensamientos, acciones y palabras que te han traído consecuencias tan funestas. Justo en ese punto tienes una lección por aprender y mucho que transformar en ti mismo. Si eres de los que se niega a servir y sólo sabes quejarte, si sólo consignas mezquindad y avaricia, ¿cómo puedes esperar que el banco de la vida te respalde con superlativa abundancia? Si tu conexión con el mundo es de rechazo; si tu disposición es la de buscar fallas en todo y luchar para cambiar las cosas ¿cómo puede tu cuerpo manifestar armonía y salud perfecta? ¿En qué punto se halla tu autovaloración? ¿Crees que eres merecedor de aquello que deseas? ¡Si te consideras lo "peor de lo peor", tú mismo te conviertes en el mayor obstáculo para lograr un triunfo! ¿Dónde marca tu termómetro de la gratitud? Si no valoras y agradeces lo que tienes, ¿cómo esperas que te den más? Si nunca consideras suficiente lo que recibes y siempre quieres más, te arriesgas a que te lo quiten todo, para que aprendas a valorar lo que perdiste. En todos los planos se aplican las mismas leyes: adquieres derechos según sean las habilidades que desarrolles, el manejo que des a tus recursos, y el grado de compromiso que estés dispuesto a asumir en tus tareas. La prosperidad, la salud y las buenas relaciones son los frutos que produce tu parcela, cuando has sido cuidadoso en el proceso de la siembra. No es posible obtener esas mismas dádivas rezando, y pierdes tu tiempo si esperas que algún día, sin hacer tu trabajo, la buena suerte te conceda lo que tu mano no labró. Tu realidad presente no puede ser modificada. No es posible sembrar maleza y recoger naranjas, porque hay leyes de la naturaleza que lo impiden. Puedes rechazar la pequeña porción que te ha tocado, y pelear y luchar para alcanzar más beneficios. Pero eso no te conduce sino a incrementar el sufrimiento. Sabiduría es poder precisar lo que necesitas cambiar ahora, para que tu futuro ofrezca horizontes despejados y no limitaciones. Tus maniobras de cambio comienzan en el nivel sutil de pensamientos y actitudes. No se trata de hacer lo que te gusta, sino de hacer que te guste lo que haces. La solución a tus problemas no la hallarás en cambiar el marco de lo externo, sino en afinar lo interno, para dar lo mejor de ti mismo en cada instante. Si deseas recibir más, necesitas abrir tu corazón para dar más. Ese "dar más" no significa repartir cosas materiales, pues a nivel físico sólo te corresponde ayudar a aquellos que están a tu cuidado, bien sea por lazos familiares o laborales. Hay muchos más seres necesitados, pero algunos de ellos todavía deben aprender su lección en la escasez y no debes ser tú quien lo impida. ¡Dar más, sí!, pero de otra provisión que hay en ti, que es más preciosa que el dinero. Tienes un capital, que puede llegar a ser inagotable si lo usas, pero si lo dejas quieto se extingue. Multiplícalo entonces sin reservas brindando amor, comprensión, paciencia, gratitud, aceptación y respeto a todos los que te rodean. Las leyes universales son sencillas: solo te piden que sonrías, para que te devuelvan las sonrisas.
Estoy en manos de Dios. Siento fortaleza y coraje interno Confió en mi guía interior Mi corazón está repleto de fuerza y confianza

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