YO SOY Uno en la Unidad.


YO SOY Uno en la Unidad
En el corazón de Dios
Dios YO SOY
Porque YO SOY Dios
Porque todo lo que Dios creo lo creo de su propia sustancia
Por lo tanto todo es Dios
YO SOY parte de ese todo
YO SOY Dios
YO SOY Uno
YO SOY la unidad
YO SOY la esfera de la unidad que abarca el cosmos
Renuncio a toda imagen de un Dios externo
Renuncio a toda imagen de un Dios en el Cielo
Renuncio a toda imagen de un Dios en un mensajero
y solo acepto la única verdad de que Dios está en mi

porque YO SOY Dios en su mas pura manifestación.

Yo estoy aquí y he venido a manifestar la plenitud

de mi amor y mi Luz a la tierra.
YO SOY el Jesús el Cristo, YO SOY el Cristo Jesús

en cada uno de vosotros, ya no me veáis afuera porqu

e yo siempre he estado adentro.
Rechazad vuestra mente carnal
que es la que os quiere hacer creer en los maestros externos

y en el Dios externo.
Yo he venido pero realmente siempre estuve aquí

porque soy uno en cada corazón que vibra
y en cada corazón que se abre.
Soy uno en el corazón del cosmos
Soy uno en vuestro propio corazón



SOMOS UNO

SOMOS UNO

martes, 13 de julio de 2010

Inmovilidad de la mente

Inmovilidad de la mente No has de olvidar nunca, Corázon, que todas tus angustias, tus tristezas, tus estados abúlicos y grises, son hijos que tú generas conviviendo de continuo con los innumberables estados de la mente. Adquiere entonces ese otro estado celeste; el de la sublime inmovilidad. Una mente inmovil da paso a la Inteligencia, y en ella mora lo Absoluto que es Claridad suma. Sé, pequeño mío, que el mundo entero te fuerza a latir enamorado de sus formas, a perseguirlas, a acecharlas, a pedir ansioso al Cielo y a la Tierra la gracia de la posesión como si de ella dependiera toda tu vida...La ilusión de sus apariencias efímeras, montículos de cenizas hacinadas por un momento en la Casa del Tiempo, suelen cegarte de tal modo que, latiendo por ellas , te imaginas que lo haces por alguna Realidad suprema...Es la viscosa mente y sus secuaces los sentidos, es esa errabunda a quien en tal alta estima tienes, quien como barrera diabólica, se tiende a tu paso no permitiendo que cruces el puente de este gran carnaval universal. Convencete Angel mío, perteneces al Cielo . Cada latido tuyo es un paso hacia Aquello que pulsa secretamente la lira de la vida. No lates en un cuerpo, resuenas en él, como el sonido dentro de la dorada campana. De lejos viene tu música y quiere generar Vida Sagrada y Santa. Pero la mente, que con complacencia permite su prostitución en el mundo, te arrastra en pos de sí, te agita y conmuenve con sus anhelos, y termina perdiendote y cegándote para que no puedas abocarte a la Gran Empresa: la de tu conquista del Amor. Viniste a enamorar cada átomo de tu ser de Aquello; viniste como principe a hallar a tu Padre el Rey, como pescador en busca de la perla, como minero a descubrir diamantes en la montaña de la vida. Del libro "La Paz del Corazón" de Ada Albrecht
Estoy en manos de Dios. Siento fortaleza y coraje interno Confió en mi guía interior Mi corazón está repleto de fuerza y confianza

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