alegría es saber que soy mi propia piedra ya que eso significa que sólo de mí depende levantarla y quitarla del medio.
“¿Cómo sacar la piedra y mantenerme en mi camino?” Pues a veces mantenerse es cambiar de rumbo, ya que al quitar la piedra podemos ver mejor la dirección en que nos encaminamos. Hay quienes creen están avanzando y sólo giran alrededor de un obstáculo o piedra gigantesca a la que han permitido crecer cada día mientras se la observa, critica, justifica o celebra casi como un culto.
Culto a mis obstáculos, culto a mis problemas. Culto a mi piedra. “Hoy me dedicaré a pensar en lo que no tengo: en mis limitaciones, en aquellos que me atacan, en los otros que me critican y si me alcanzan las horas, tal vez piense en esos días oscuros del pasado donde creo empezaron todas mis dificultades. Pensaré y pensaré en el pasado hasta hacerlo presente. Lo reviviré hasta sentir la misma angustia, confusión y dolor. Soy muy bueno/a en recordar esos momentos. No necesito esforzarme. Es casi un hábito que me acompaña a diario, incluso cuando no me doy cuenta. Oh, no es casi un hábito, ahora que lo pienso: es un hábito. Es mi historia.”
Resultado: es un hábito, es tu historia, esa es tu vida. Tu vida es tu historia, es tu hábito. Otra forma de expresarlo sería: tienes una gran piedra, un muro que mover de tu camino quizás. Pero la buena noticia sigue siendo: Uno es su propia piedra, lo que hace todo mucho más fácil. Estarás en control si decides tomar control de tu vida, de tu piedra.
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l. Mi piedra no es fácil.” Pues un diálogo con tanta resistencia a ver el sol, a ver la solución y sentirse mejor, va incrementando el tamaño de la piedra sin que nadie haya venido a agregarle ni un granito de arena: somos nosotros quienes ejercemos el poder de permitir que crezca. Nuestra piedra es nuestra propia creación. Simplemente con un monólogo interno cargado de tanta negatividad hemos obstaculizado todo progreso. Nos hemos convertido en una pieza dura y resistente a dejar entrar nuevamente la calidez, la esperanza, pero a la vez muy fácil de quebrarse ante el menor temporal.
“Ahora tengo más piedras que recoger, me he quebrado en mil pedazos.”
Respiremos profundamente por unos minutos o segundos permitiéndonos sentir alivio de estar por un instante conectados con nosotros mismos. Sólo importa uno en este momento. Para muchos será un significativo reencuentro con uno mismo ya que no solemos tomarnos en cuenta. Podremos tal vez encontrar la forma de dejar de ser piedra y convertirnos en la briza que oxigena nuestro cuerpo, nuestra vida, nuestros sueños.
Permitámonos sentir el alivio por un instante de estar a solas con uno mismo. Reencontrémonos en este momento presente. Apreciemos nuestra presencia. Soltemos el pasado inexistente o el futuro incierto. Aquí y ahora me encuentro conmigo mismo. Dejemos que nuestros pulmones se llenen de aire/de vida. Ocupemos con nuestra respiración tranquila y relajada en este instante esos espacios en nuestra mente inquieta que habitualmente son invadidos por pensamientos estériles.
Permitámonos ser menos impermeables. Saber que soy mi propia piedra en mi camino es fantástico. Mi atención estará dirigida a MI, quien en definitiva es la única persona con el poder de manejar el curso de mi vida: levantar la piedra, hacerla desaparecer, achicarla, cambiarle su forma, etc.
| "Suena creativo e interesante este tema de ser mi propia piedra y estar a cargo de ella. Es absolutamente creativo y altamente interesante.
Es importante. Es mi vida. Es mi vida la que empiezo a mirar."
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mpo y espacio. Esos pensamientos que me debilitan, me deprimen, me asustan… están permanentemente dando vueltas en mi cabeza. Me apropié de ellos: me identifiqué con vidas ajenas. Ahora esa energía resuena con la mía. Mi piedra crece, se convierte en muro. No veo hacia donde voy. No sé si pienso en mi camino o el camino de los otros que no me corresponde pensar y sobre los cuales no tengo ningún tipo de influencia. ¿Qué vida estoy viviendo? ¿La que quiero? Estoy confundido/a. Pero nuevamente existe la solución que depende únicamente de uno y para la que no hay muro que no pueda ser derribado. Detenernos en la vorágine de nuestros pensamientos, quienes le dan forma a nuestra vida, es vital. Acallar las voces que nos mantienen en la insaciable búsqueda de algo externo que contenga el vacío que sentimos es fundamental. Recuerda que una piedra es siempre una piedra y uno es siempre más que ella.
Silvia Patrono
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