Oh Luz divina, amiga de mi alma,
que me has salvado de las profundidades, y me sostienes en Tus brazos. Oh Salvador de mi alma. Perfume de rosas, que hechiza a todas las rosas. Hermoso jardín Celeste, en el que voy contigo de la mano. Adorno de mi alma. Corona de mi vida.
Espíritu, que derrumbas todos los muros. Viento, que haces callar a todo lo inferior.
Brisa susurrante, que acaricias el alma hasta que despierta y se une a la voces de los vientos eternos. O luz, que vences las tinieblas y que cubres todo lo inferior. Ola del mar, que te alzas y lo allanas todo. Gloria del alma y bálsamo de mi vida. Sol, que alimentas a todos los soles.
Forma de todas las formas.
Luz de todas las luces. Fuerza de todas las fuerzas. Creador sublime del universo.
Añoranza de toda alma.
Esperanza, en la que puede confiar cada ser. Sagrada Luz divina, que me invade. Yo soy Tu hijo amado, gracias padre de todos mis hermanos. Me sumerjo en Tus brazos de Padre universal, descansando, confiando completamente en ti, permanezco en Tu palabra todopoderosa ‘hágase’. He encontrado la paz, mi Dios y Señor, por la fuerza impulsora de Tu hijo Jesucristo. Me inclino y beso el borde de Tu vestidura, Oh Majestad divina, de todo el universo. El Éter, de luz absolutamente pura y más elevada invade mi ser, Oh felicidad, oh gloria que me son concedidas. He vuelto a casa por ti, Jesucristo, al amparo de Dios, Padre. Sólo el supraéter de la luz divina llena todo mi ser, purificando mi vida, alcanzándolo todo.
Con esta existencia reconocedora voy por la Tierra y aun así estoy en Casa.
Pues yo lo te he encontrado y me he dejado caer en tus brazos.
Amado Señor, has resucitado en mí, caminas a mi lado junto mi eterno ser , Padre mío tu y yo estamos unidos en la absoluta felicidad.
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